Centro de tratamiento residencial

EL CENTRO DE TRATAMIENTO RESIDENCIAL ROBERT Y JANE FERGUSON

Como coordinadora de servicios para más de 2,400 jóvenes en hogares de crianza anualmente, ACH tiene claro qué servicios se necesitan para ayudar a estos jóvenes a recuperarse del trauma que han experimentado. Sin embargo, ACH identificó una falta significativa de programas para adolescentes que han sobrevivido a pérdidas y traumas importantes, incluidos el abuso y la negligencia.

Es por eso que ACH lanzó un nuevo programa centrado en un nuevo e innovador Centro de Tratamiento Residencial, el único de su tipo en Texas. Tarrant y los otros condados a los que servimos ahora tienen una instalación segura atendida por equipos de tratamiento que pondrán a nuestros adolescentes más necesitados en un acelerado camino hacia el éxito. Al ayudarlos a comprender que están a salvo, que se puede confiar en algunos adultos y que pueden relajarse y no preocuparse por protegerse de un abusador, estos jóvenes pueden lograr avances asombrosos en su desarrollo.

Luego, ACH los conectará con un sistema de apoyo con la visión de eventualmente vivir exitosamente en una familia, el mejor entorno para continuar desarrollándose y aprender a ser un miembro independiente y contribuyente de la sociedad.

A principios de 2020, Jordan, de 17 años, ingresó al Centro de Tratamiento Residencial Robert y Jane Ferguson (RTC) debido a traumas pasados que crearon comportamientos que la ponían en peligro. En el RTC, Jordan recibió atención terapéutica para ayudarla a desarrollar habilidades para manejar sus emociones, desarrollar su autoestima y ayudarla a tomar decisiones más seguras por sí misma.
En su camino hacia la curación, Jordan desarrolló fuertes conexiones con el personal de RTC, aprendiendo a conectarse con los adultos de manera saludable. Jordan era tan brillante que continuó progresando en la escuela mientras estuvo bajo nuestro cuidado y se graduó de la escuela secundaria. También pudo volver a conectarse con su madre. Incluso comenzó a reconstruir su relación con su madre, algo inimaginable para ella cuando comenzó el tratamiento.

En el transcurso de su tratamiento, Jordan reveló su personalidad brillante y atractiva, su compasión por la comunidad de sordos, sus habilidades en el lenguaje de señas y su capacidad de recuperación para superar un comienzo muy difícil en la vida. Actualmente asiste a la universidad y tiene un futuro prometedor por delante. Las habilidades que ha aprendido la beneficiarán durante toda su vida.

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